Nacen y crecen los alerces,
conos de armonía redondos y verdes,
hojas de aguja,
ramas de baile
en la pista del aire.
Al paso del tiempo
el árbol se hace viejo,
pierde simetría,
pierde la forma y la rima
el tronco central se estira hacia arriba
las ramas laterales quedan perdidas
en cualquier dirección.
Y las tamias corren alegres
entre setas, musgos y líquenes
por el bosque de alerces
mientras acumulan simientes
para el invierno que viene.
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